El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue evacuado del escenario de un mitin en Butler, Pensilvania, el pasado sábado tras un aparente atentado. Trump llevaba solo unos minutos hablando cuando se escucharon unas explosiones que parecían disparos lejanos. Acto seguido, el exmandatario se llevó la mano derecha a la cara, como si hubiese recibido un impacto, y cayó al suelo, siendo inmediatamente cubierto por agentes del Servicio Secreto. Un fiscal de Butler informó a Associated Press (AP) que el tirador había sido abatido y que un asistente al mitin había fallecido, mientras que otro resultó herido. El ataque está siendo investigado como un intento de asesinato.

La situación se desarrolló de manera caótica y alarmante. Policías fuertemente armados subieron al escenario entre los gritos del público, que buscaba protegerse. El expresidente fue evacuado con algo de sangre en la cara, pero levantando el puño en señal de desafío, rodeado por agentes del Servicio Secreto y en aparente buen estado. La comitiva de Trump abandonó el lugar a toda prisa, y su estado de salud fue incierto durante varias horas. Sin embargo, un portavoz del expresidente afirmó que Trump estaba “bien y pasando un reconocimiento en un centro médico cercano”.

“El Servicio Secreto ha puesto en marcha medidas de protección y el expresidente está a salvo”, declaró el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, en un comunicado. “Ahora hay una investigación activa del Servicio Secreto y se publicará más información cuando esté disponible”.

Las autoridades han proporcionado poca información sobre el atacante. Richard Goldinger, fiscal de distrito del condado de Butler, confirmó que el tirador había muerto y que uno de los asistentes al mitin también había fallecido. Las fuerzas de seguridad evacuaron a los miles de asistentes y acordonaron la zona, calificándola de “escena del crimen”.

La seguridad de los expresidentes está a cargo del Servicio Secreto, que acompaña a Trump en todo momento. Sus mítines se celebran bajo estrictas medidas de seguridad, incluyendo registros exhaustivos a la entrada. No está claro si los disparos provenían del interior o del exterior del recinto.

El mitin en Butler era el último de Trump antes de la convención republicana en Milwaukee, Wisconsin, donde se espera que se confirme su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano. Aún se espera que Trump anuncie su candidato a vicepresidente, lo que ha generado gran expectativa.

El presidente Joe Biden, desde Rehoboth Beach, Delaware, condenó la violencia en un breve comunicado: “El presidente ha recibido una primera información sobre el incidente en el mitin del expresidente Trump”, dijo, sin aportar más detalles. Más tarde, Biden expresó en televisión que “no hay lugar para este tipo de violencia en Estados Unidos”.

El hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., publicó una foto de su padre con el puño en alto y el rostro ensangrentado frente a una bandera estadounidense, afirmando: “Nunca dejará de luchar para salvar a Estados Unidos”.

Las reacciones al atentado han sido contundentes desde ambos lados del espectro político. Chuck Schumer, líder de los demócratas en el Senado, declaró: “Estoy horrorizado por lo ocurrido y aliviado de que el expresidente Trump esté a salvo. La violencia política no tiene cabida en nuestro país”. Hakeem Jeffries, representante de Nueva York y líder en la Cámara de Representantes, expresó: “Mis pensamientos y oraciones están con el expresidente Trump. Estoy agradecido por la decisiva respuesta de las fuerzas del orden”.

El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, informó que la policía estatal estaba trabajando en el lugar junto con las autoridades federales. “La violencia dirigida contra cualquier partido político o líder político es absolutamente inaceptable”, afirmó Shapiro. Gretchen Whitmer, gobernadora de Míchigan, añadió: “No hay lugar para la violencia política en este país, punto. Así no es como resolvemos nuestras diferencias”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también condenó el atentado, tuiteando: “Sea como sea reprobamos lo sucedido al expresidente Donald Trump. La violencia es irracional e inhumana”.

El impacto de este atentado en la campaña presidencial es aún incierto. Trump, una figura polarizadora, ha contribuido significativamente a la división política en Estados Unidos. Ahora, él mismo se ha convertido en víctima de la violencia política, un fenómeno que ha condenado repetidamente.

Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, tuiteó un video del incidente y expresó su apoyo total a Trump, deseándole una pronta recuperación.

Mientras tanto, los republicanos se preparan para su convención en Milwaukee, donde la escena fue de conmoción y emoción. Charlie Gerow, estratega republicano, describió una atmósfera emotiva donde los presentes se persignaban y parecían atónitos.

La violencia política en Estados Unidos ha alcanzado un nuevo y alarmante nivel, y la nación observa con incertidumbre el impacto que este atentado tendrá en la ya tensa campaña presidencial de 2024.