El parricidio es un problema social y un delito que ha ido aumentando progresivamente en Nicaragua. El parricidio ocurre cuando una persona, a sabiendas del vínculo que lo une a su víctima, priva de la vida a su ascendiente o descendiente. Según el Observatorio Nicaragüense Católicos por el Derecho a Decidir (CDD), se registraron más de diez casos de parricidios en el primer cuatrimestre del año 2024.
En Muy Muy, Matagalpa, un hijo mató a su padre para robarle 80 mil córdobas. Otro progenitor murió cuando su vástago le asestó una cuchillada en el tórax. También en el departamento de Matagalpa, el octogenario José Antonio Avendaño fue asesinado con varios golpes en la cabeza, propinados por su hijo.
Igualmente, en la comunidad El Aguacate, municipio de Jinotepe, un padre asesinó a su hijo asestándole una puñalada en el tórax cuando el ahora occiso defendía a su madre.
Del mismo modo, María Angélica Medina, de 69 años, fue asesinada por su hijo Manuel Herrera Medina, de 44 años, el pasado lunes 15 de abril en la colonia 14 de septiembre. Según la Policía Sandinista, el móvil fue el hurto, ya que al momento de su captura, el parricida tenía 12 mil córdobas que aparentemente eran de la víctima.
Alejandro César Lacayo Noguera, de 44 años, golpeó cruelmente a su madre Magda de los Ángeles Noguera Vega, de 76 años, le roció alcohol en el cuerpo y le prendió fuego.
Los parricidas matan a sus padres motivados por el robo
Según dos psicólogos consultados por Darío Medios Internacional, entre los factores que llevan a las personas a cometer parricidios están los motivos económicos. La generación actual considera como “primordial” el dinero para obtener felicidad; acostumbrada a obtenerlo fácilmente y al ser negado, se generan resentimientos.
Agregaron que otro elemento es el odio: el deseo de venganza por no haber logrado todo lo deseado. Asimismo, mencionaron la diferencia de género que aún subsiste: la madre impone autoridad mientras el padre, sin intenciones, la desautoriza.
“Los parricidios son ejecutados por personas debido a posibles factores psicológicos, sociales, culturales y económicos. Para frenar este flagelo social en el país, es necesario que las familias brinden a sus hijos educación en valores”, subrayaron.
De la misma forma, una socióloga nicaragüense que prefirió el anonimato expresó que la violencia de los hijos hacia sus padres es un fenómeno que afecta a las familias. “En la actualidad, podemos hablar de una realidad muy presente que trasciende a las familias y afecta la paz social”.
Determinó que se deben emplear muchos recursos especializados para reeducar a las personas violentas y así ayudar a las familias que enfrentan violencia.
Violencia, droga y licor: otros factores que conllevan a los parricidios
“Si añadimos a la violencia el consumo de drogas, la situación se complica aún más. Las sustancias alucinógenas cada vez son más sofisticadas, potentes y circulan con mayor facilidad”.
Añadió que el consumo de licor combinado con bebidas estimulantes lleva a cometer crímenes contra sus padres y hermanos.
Un psiquiatra consultado por Darío Medios Internacional desde el anonimato sostuvo que el incremento de parricidios en Nicaragua es una señal de alerta para los ciudadanos que viven en sus comunidades en medio de la violencia intrafamiliar y que necesitan una intervención a nivel comunitario.
“Un hijo no aguanta ver a su madre golpeada, odia al padre violento y el odio se va acumulando, llega un momento en que sucede algo imprevisto: quitarle la vida a quienes se la dieron”, sostuvo.
El especialista estima que la situación económica actual que vive el país también podría estar incidiendo en estas muestras de violencia, ya que algunos de los casos son crímenes por el robo de dinero.
Nicaragua en una espiral creciente de violencia
A la par, una abogada en el exilio sostuvo que el régimen sandinista debería ejecutar campañas que contrarresten la violencia intrafamiliar en las escuelas, comunidades y universidades. El sistema de salud podría promover campañas de integración, atención psicológica y charlas con el propósito de prevenir los asesinatos en las familias.
El año pasado 2023 dejó “una espiral de violencia sostenida” que abarcó los sucesos violentos que terminaron en la muerte de 190 personas entre enero y junio, según el análisis de las noticias policiales reportadas por los medios de comunicación, manifestó una experta en seguridad ciudadana bajo anonimato.
“Los asesinatos en Nicaragua, o la violencia letal en general, muestran una violencia sostenida y creciente en el tiempo. Ese es el hallazgo principal y general”, informó la especialista.
“Según datos de la Policía, el índice de homicidios por cada 100,000 habitantes está desde 2019 en ocho, aunque es evidente aún para ellos mismos que esto se incrementó”, expresó la experta.